Gran parte de la información que nos transmiten en un proceso comunicativo se obtiene mediante la observación y percepción de elementos no verbales como la mirada, las expresiones faciales, la postura o el tono, volumen y fluidez del habla.
Atendiendo a los actos no verbales podemos desde reforzar nuestro mensaje hasta contradecir lo que oralmente estamos comunicando
Tan importante es deparar en nuestro lenguaje corporal como en el del interlocutor, esto nos permitirá determinar si está interesado en nuestro discurso, si algo de lo que le hemos dicho le ha disgustado, etc…en definitiva: evaluar la impresión que le estamos causando en tiempo real.
Para la entrada en la situación de la entrevista, un buen apretón de manos es la mejor forma de transmitir al entrevistador que tenemos la autoconfianza necesaria para desarrollar satisfactoriamente nuestro trabajo.
Son indeseables las variaciones radicales en nuestro tono de voz, pero también la monotonía. Respira y piensa antes de verbalizar tu respuesta.
La mirada debe estar centrada sobre el entrevistador, se ha de evitar desviarla cuando nos realicen una pregunta directa. Debe estar enfocada en una zona comprendida entre los ojos de nuestro interlocutor y la mitad de su frente, así transmitiremos la máxima seriedad a nuestras palabras.
Para evitar que perciban en nosotros una actitud defensiva, tenemos que evitar cruzar los brazos o las piernas. Las cuales, en la medida de lo posible, hemos de mantenerlas ligeramente separadas, procurando no moverlas de forma compulsiva o nerviosa. Tenemos que transmitir una sensación de calma y serenidad.